Por la ruta del artesano
El camino que se traza un artesano, se considera como un emprendimiento, es un trayecto de obstáculos, cambios, rechazos como también de oportunidades, riesgos y decisiones. Podría mencionar muchos más, pero sobre todo es la decisión que vas a tomar para afrontar los cambios.
Ser artesano es difícil, ya que cada día se tiene que resolver problemas, ya sea con clientes, trabajadores, computadora, bancos, redes sociales hasta este nuevo problema (La pandemia del COVID 19); es por esto que quien hace negocios vive con un nivel alto de estrés y convive a diario con los problemas.

Un claro ejemplo era la de vivir en la época de la violencia interna (años 80 y 90) sobre todo los artesanos del VRAEM quizás siendo más específico, Ayacucho. Supieron salir adelante con todas las grandes dificultades y amenazas emprendiendo asociaciones, empresas y haciendo todo un gran esfuerzo; algunos creando su marca y estilo, otros consolidando su técnica. Esta Pandemia no nos va espantar y mucho menos a los artesanos de los 80 sabemos como afrontarlo y es así que podemos decir desde ahora vendrán, de esta pandemia, nuevas oportunidades.


Ser artesano significa un sacrificio total, al inicio tenemos que hacerlo “nosotros solos” ya que tenemos que vender, producir, gestionar clientes, hacernos publicidad, siempre mirar a la competencia y claro, capacitarse para seguir aprendiendo.
Ser artesano es ser muy paciente, nuestro emprendimiento es una inversión constante y pensado a largo plazo ya que no hay dinero para comprar cosas que no ayuden a avanzar nuestro negocio, hay veces no hay tiempo ni para los amigos, las fiestas siempre quedan en agenda, los viajes solo serán para encontrar clientes o mejorar tu marca hasta hay veces ni hay tiempo para la familia; parece exagerado, pero es verdad.
Las energías y el tiempo, mejorado con la publicidad, tu estilo, tu innovación, la comunicación y la buena atención en la venta es siempre una constante inversión; como también es un gran esfuerzo en tu inversión la búsqueda del posicionamiento de tu marca y nombre en las salas de exposiciones, galerías, ferias, centros culturales y claro la enseñanza y capacitación de los nuevos valores como transmisión de la tradición cultural. Es arriesgarse a realizarlo.



El artesano no es alguien que piense que es fácil serlo, que se puede ganar dinero rápidamente y que hay muchas oportunidades en todos lados.
La verdad es que no existen atajos ni algo mágico que te pueda llevar al éxito.
El tiempo es el aliado para que el artesano cree una marca reconocida, una comunidad con clientes y proveedores, un buen equipo de trabajo que apoye a seguir creciendo, una metodología de ventas que el artesano requiere además de una constante comunicación con sus clientes.

Es así que los artesanos más persistentes y el tiempo dedicado al negocio puede llegar a ser un artista completamente.
Esperando que esta pequeña reflexión sea útil,
Un abrazo